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¿Quiénes somos?

Somos un colegio plurilingüe católico y concertado, abierto a todas las personas, centrado en la infancia y juventud y comprometido con las familias en la noble tarea de la educación de sus hijas e hijos.

El Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora nace como respuesta a las necesidades educativas de la mujer a finales del siglo XIX. Un hombre, San Faustino Míguez de la Encarnación, supo ver la falta de formación de la mujer en aquella época y, con un grupo de jóvenes identificadas con la misión educativa, funda la Congregación de las Religiosas Calasancias para dedicarse a la educación, según el espíritu y el estilo pedagógico de san José de Calasanz.

El colegio Calasancio está, así, orientado a la formación integral de la persona bajo el lema «Piedad y Letras».  

En el colegio Calasancio de Pontevedra proporcionamos una educación integral que ayuda a que nuestro alumnado crezca libre y feliz, con una conciencia sólida y comprometida con la sociedad en la que vive, con capacidad para desplegar sus potencialidades, gestionar sus emociones, entenderse, aceptarse y valorarse, siendo él el protagonista de su aprendizaje.

Desarrollamos nuestra labor en un ambiente de familia, cercanía y sencillez. Convencidos de que la educación ha de atender al cuerpo, la mente y el corazón, acompañamos a cada niña/o y a cada joven en su crecimiento intelectual, físico, social y emocional, desde la pedagogía del estímulo legada por nuestro fundador, san Faustino Míguez.

Nuestro profesorado es un equipo vocacionado que vive con ilusión y pasión la misión educativa. Está en continua actualización pedagógico – pastoral para seguir desarrollando sus competencias docentes y ofrecer lo mejor a nuestras/os niñas/os y jóvenes.

Nuestro colegio basa su experiencia de más de 80 años en una educación centrada en la persona.

Proponemos una educación integral que atiende a la persona en todas sus dimensiones, promovido por un equipo docente dotado de gran profesionalidad y una clara opción por el desarrollo de todas las potencialidades del/la niño/a, centro de la misión educadora.

Contamos con un Proyecto Educativo basado en una visión cristiana del ser humano y de la vida, y un estilo pedagógico humanizador, basado en la cercanía al alumnado y el respeto a la diversidad, en estrecha colaboración con las familias, siendo fieles al carisma institucional.

Ayudamos a las familias a generar una actitud positiva del alumnado hacia los estudios y a mejorar su rendimiento académico. Velamos por mejorar los estándares de calidad y creemos en la formación basada en el esfuerzo, la disciplina, el hábito de trabajo, la seriedad, el autocontrol, el orden, la amistad, la colaboración y la convivencia.

Somos tierra de acogida de una misión que entendemos la educación como «la obra más noble, la más grande, la más sublime del mundo y la más necesaria…». Hoy renovamos nuestro compromiso de dejarla crecer y germinar.

Somos escuela abierta a todos, especialmente a los más necesitados, escuela atenta a las necesidades del entorno con la llamada a transformar la realidad; escuela resiliente que encuentra en la adversidad una oportunidad para aprender y crecer; escuela emocionante que despierta la pasión por el aprendizaje; escuela trascendente que apuesta por la educación del Ser y por vivir en el aquí y en el ahora; escuela creyente que vive los valores del evangelio; escuela en misión compartida desde una comunidad de vida, escuela que se plantea preguntas, escuela que busca y encamina.